martes, 5 de agosto de 2014

Cáliz

Oculto detrás de un pliegue entre sus dos ojos
en un rincón de la galaxia de su mirar,
huyendo de todas las palabras del mundo
hay un beso encerrado en la torre del deseo.

Y bebo así de ella, entrando su corazón en mí,
y bebe así de mí, entrando mi corazón en ella.

Caminando sobre su pecho hacia adentro
paso tras paso descalzo recorro su piel,
buscando las balas en donde guarda mi amor
aspirando en bocanadas su olor dulce.

Y bebo así de ella, entrando su corazón en mí,
y bebe así de mí, entrando mi corazón en ella.

Descendiendo por su cuello lleno de vida,
abierto a las inclemencias de la tormenta,
desnudo a los humos y columnas de la noche,
me llama con todas las lágrimas del alba.

Y bebo así de ella, entrando su corazón en mí,
y bebe así de mí, entrando mi corazón en ella.