Cuando se levantan los muertos de Munchausen
los dramas cogen fuerza de tango
caen las estrellas de los cielos muertos
y las esquinas huelen a orín.
Se rompen los esquemas con la altura
y un saxofón rabioso canta a la sangre
los huesos del hielo rompen las aceras
renuncia entero a las palas de violencia
cuando se levantan los muertos de Munchausen.
cuando los muertos de Munchausen se levantan
huyen asustados los ferrocarriles
ríen sarnosos los perros con sorna
desaparecen los coches en sus bombas de humo
hacen presa los gatos con su silencio.
Nos pesan todos los muertos de Munchausen
nos bañamos todos en su sangre
comemos todos de su carroña
llenan nuestros huecos de culpa.
Cuando se levanten todos los muertos de Munchausen...
domingo, 30 de junio de 2013
lunes, 3 de junio de 2013
La ciudad de 3000 años.
Llévame padre a la ciudad de tres mil años. ¿Por qué no quieres volver? Quiero volver a pasear sus antiguas calles, perderme entre sus múltiples torreones, vivir su vida. Quiero conocer sus mujeres, jugar con sus niños, dormir sus calles, desaparecer en sus camas.
Padre, llévame a la ciudad de los atardeceres de trigo, llévame a la ciudad del mar. Padre, llévame a conocer el mar. A conocer el mar en sus ojos, a conocer dónde las aguas se vuelven sabias antes de mirar al océano. Llévame a donde me mire el viento, donde arrastre la arena entre mi pelo y rebusque entre las conchas que quedan en la playa con la marea baja. Padre, llévame a conocer el hielo, padre, llévame a recoger conchas a la costa, a donde haya lugar para sonreír al sol estival y no del infierno.
Padre tiempo, llévame a que conozca el mar en sus ojos, padre, llévame a perder el universo en un día, llévame a buscar una misiva en una botella, llévame a conocer su pelo, su pasado, su historia y su futuro. Padre, lléveme a ver el mar.
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