La orina llena mi sangre de balas agridulces cubiertas de melomanía impoluta. No hay verdad más grande que el "yo" derrotado ante los jardines del tiempo. Mientras los agujeros colonizan los derroteros de Marte, llos silencios despedazan carreteras llenas de viejos carcamales.
Las bicicletas han dejado atrás la costa, los barcos la marea, la luna se ha asomado, haciendo que las aguas suban hasta las arcas secas. El polvo que seguía enamorado se ha cubierto de humedad, desgarrando las encías de los presos por el terror. Las niñeras violan a sus muñecos, los niños miran con sus ojos de hambre a la araña que teje estrellas.
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