Hace tiempo que devoré el cuchillo,
Tanto, que lo he tragado y mi carne crecido.
Hace tiempo que no lo veo desangrándome,
Mas sé que está cicatrizado con mis costillas.
A veces siento que me rasga si grito muy fuerte,
Que me pincha si mis letras golpean el techo.
Si cubro los folios con lirios, polen y polvo suave,
Si desguazo los libros y empaqueto los recuerdos,
Si entierro los dedos en urnas de barro con estampas pasadas,
Siempre vienen sus aceros a cortarme.
Digeriré el acero, arrancaré su hoja de la empuñadura,
Enarbolaré como antorcha el mango desnudo, símbolo de mis días,
Vestiré el metal como muestra de mi supervivencia,
Sentiré el torrente de mis venas más fuerte que nunca,
Cuando acabe con el cuchillo, y mis palabras lleguen al cielo,
Cuando regresen las flores al verbo, y el olor a mis caricias.
Cuando llore amaneceres en ocasos derretidos,
Cuando imponga mis logros a las estrellas y me bañe en el sol...
Y llegue otro cuchillo que adentrar en mi carne.
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