Quiero,
A la orilla de tus ojos de fuego,
destilar una lágrima de estrella,
romper el molde de los astros negros,
quemar el negro de los dedos muertos.
Deseo,
al calor de la tela de tus mejillas,
cubrir la vergüenza de la luna desnuda,
esparcir mi discurso como niebla y rocío,
señalar los caminos que sigue el desierto.
Anhelo,
frente al hielo de tu pie descalzo,
exigir la rendición de la poesía del café,
reclamar el botín de mis razias a los libros,
¡¡¡hacerme el más grande de los caballeros andantes!!!
¡Correr con la sangre de los astros en mis venas!
Quiero que un verso sea un proyectil al infinito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario