Hay un bicho en mi cabeza,
Hurga despacio en mis recuerdos
Y diseña máquinas de asedio.
Ha visionado mis memorias,
Ha empañado de ponzoña tus ojos
Y me ha hecho pensar que eran míos.
Ha vaciado tu vientre de palomas
Y lo ha llenado de escorpiones.
Ha bebido mi cerveza y mi whiskey
Y me ha dejado copas llenas de asco.
Ha absorbido el calor de mi sonrisa
Y ha dejado un hueco frío en mi boca.
Ha arrastrado mi vuelo desde los astros
Y me ha hecho estrellar en un atolón.
Ha robado el blanco del amor
Y me ha dejado un extraño color rojo.
Ha apagado una a una las estrellas
Y cerrado las luces de un portazo.
Ha arrasado con todos mis campos
Y plantado con sal los surcos.
Hay un bicho en mi cabeza
Que remueve mis pensamientos.
Que me empuja, corriendo, al abismo.
Pero yo aguanto sus embites, estoico,
Levantando mis murallas al dolor.
La esperanza de poder levantarme,
De construir otra vez un hacedor de aviones,
De ser un besador de pijamas,
Un soñador de robots de cocina,
Un amante de las galaxias y nebulosas;
Es lo que me mantiene con vida,
Creando otro yo distinto,
Sin bichos en la cabeza.
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