En las almas de las personas las uvas de la ira se están llenando y se vuelven pesadas, cogiendo peso, listas para la vendimia
Abren en el almuerzo los periódicos
y enseñan a los hombres de negro,
algunos sudan azufre por los poros,
otros, sólo se visten de azul.
Muchos pronuncian palabras venenosas,
y los demás callan como cómplices,
sofocados por grandes bestias babélicas,
teñidas con nieves sus coronas;
naúfragos incapaces en el mar.
Llevan tiempo creciéndome uvas de la ira,
produciéndome vino ácido.
Crecen y doblan la rama hacia el vacío,
madurando, tornándose negras.
Y cuando exploten, pintando las paredes
con su jugo morado de rabia,
y cuando exploten las de mis iguales,
¿Cómo podrán beber las bestias grises
tanto mosto mortífero en silencio?
Muy bien tirado.
ResponderEliminarGracias!
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