jueves, 14 de noviembre de 2013

La creación.

 Para Solomía, por su cumpleaños.


En un principio solamente existía la oscuridad y el temor, el abismo vertiginoso, el momento de silencio que predecía la creación. La luz ilumina un cono sobre un escenario, y, el ébano y el marfil son los precipitantes de la caída.
Una nota. Una sola nota rompe el silencio, una tecla se dispara entre las paredes de la habitación dándole forma al espacio. Rompe la superficie de la tensión y da comienzo a la vida.
Una
            a
                una
                      van
                         cayendo
                               cada
                                  vez
                                     más rápido
                                       lasnotas.
La melodía sucede a la oscuridad, sale de las manos del intérprete, cada nota se convierte en un disparo, un resplandor de energía que ilumina, como estrellas, la negrura. Conforme la velocidad aumenta la luminosidad es más imponente, la oscuridad cada vez menor. La guerra entre la nada y la luz la va a ganar la música. Vibra todo el salón, el mundo, todo lo existente, con los dedos del pianista. Más frenético se vuelve su baile, cada cañonazo es una nueva sensación que se transmite hasta el infinito. Las nuevas notas van tomando tranquilidad, superan la ruptura anterior, ya existe el mundo, porque el intérprete lo ha creado. Conforme reposa la creación se va apagando todo otra vez, pero ya no existe la oscuridad, cada nota ha creado y ha cambiado el mundo, ya no se apagará todo y se volverá negro, cada nota seguirá ahí para siempre: cada nota sube encima de la otra para construir una realidad diferente. El músico, cambia el mundo.

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