viernes, 22 de febrero de 2013

Lluvia.

Llueve, llueve en las entrañas del tiempo, como no ha llovido nunca. No ponen nada en la TV mientras no se sale fuera por nada del mundo. Se está caliente y agradable en el sillón de casa, como se suele estar de común. Hoy la fiesta está dentro, Dire Straits llena con alegría todo donde llega su sonido, hoy se baila dentro de casa, solo. Sentado, pero se baila.
Arrecia fuera la tormenta, el mundo se cae a pedazos, pero parece ser que aquí dentro estamos en la burbuja. Vivimos en la tormenta, vivimos la tormenta. Cuando bambolea el tiempo de continuo no es necesario preocuparse por una pequeña subida de tensión, cuando el tiempo se mueve puedes pararte a apreciar la belleza, porque ya dominas las olas, porque ya sabes bailar bajo la lluvia sin mojarte, porque ya sabes cómo hacer que no cale, o porque por lo menos... aprendiste a disfrutar siendo calado. Y si no sabes, ven aquí que te enseñaré, te abrazaré hasta el final de los tiempos, te ayudaré a buscar los ojos de los gatos brillando en la tormenta y te enseñaré a ser como ellos. No me enseñes la calma, no me enseñes a salir de la tempestad, que no quiero.

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